Por qué se forman las arrugas en la piel?
La células de la piel envejecidas, los queratinocitos y los fibroblastos, dejan de comportarse de forma habitual y al final se acumulan en la piel humana, como consecuencia de los cambios de proteínas. Estas células producen otras enzimas como metaloproteinasas, que producen daños en las proteínas que se encuentran en la masa extracelular, o sea en los espacios entre las células del tejido (matriz en la que se encuentran las células, los ganglios linfáticos, los vasos sanguíneos y otras estructuras relacionadas con la piel). Luego, el envejecimiento causa daño irreversibles en las proteínas del cuerpo. El mecanismo básico detrás de estos daños es la glicación. La definición más simple de la glicacón es el entrelazamiento de proteínas y azúcares que resulta en la formación de unas estructuras disfuncionales en el cuerpo. El proceso de glicación visto desde la superficie se percibe como la piel arrugada.
La células envejecidas también producen unas moléculas adhesivas, lo que causa el engrosamiento de los vasos sanguíneos y la falta de su elasticidad (ateroesclerosis). La células envejecidas producen otras enzimas degradadoras y citocinas antiinflamatorias, que son capaces de actuar a distancia en las partes alejadas del cuerpo (se transmiten por la sangre). De este modo, una cantidad relativamente pequeña de las células envejecidas puede causar graves problemas en la función y la integridad de la piel. Las células envejecidas se acumulan en todos los órganos y tejidos donde experimentan apoptosis (la muerte celular programada) y causan unos procesos degenerativos de la vejez. Es más, la influencia de las células envejecidas acumuladas sobre el medio microscópico puede ser el motivo de la incidencia elevada de las enfermedades malignas en las personas mayores.
Dr. Leonard Hayflick en 1961. demostró que las células pueden alcanzar un número limitado de divisiones y perder entonces su capacidad de dividirse. Sus experimentos muy conocidos han demostrado que los fibroblastos humanos (las células del tejido conectivo) tienen posibilidad de dividirse entre 60 y 80 veces, los fibroblastos de las personas jóvenes entre 30 y 40 veces, mientras que los fibroblastos de las personas mayores solo entre 10 y 20 veces. La carnosina prolonga la esperanza de vida de los fibroblastos, destruye sus formas modificadas (los mutágenos) y los protege de los aldehídos. Al mismo tiempo la carnosina suprime, al menos en las condiciones de laboratorio, la glicación de proteína y la formación de entrelazamientos nocivos de la ADN y la proteína.